¡Envíanos tu artículo!

Escribe lo que quieras y como quieras, sobre cualquier tema que te interese.
¡Comparte tu información con todos los lectores!
Envíalo a: alas.social@gmail.com
Y dinos con qué nombre quieres firmarlo (real o inventado)

¿De qué quieres que hablemos?

Si quieres información sobre algún tema en concreto, dínoslo en el mismo email y escribiremos sobre ello.

La información y las opiniones vertidas en este blog, tanto en las entradas como en los comentarios son obra exclusiva de su autor.

jueves, 18 de octubre de 2012

El chantaje asiático: El despertar de una nación... matando animales

Se dice que el chino es el idioma del futuro y desde hace años se imparte como idioma cada vez en más colegios españoles. Se comenta también, que China será Nación de Naciones, por eso desde hace años las industrias occidentales trasladan sus fábricas a Asia, especialmente a este país; pero lo que se calla es su ansia de hacer dinero a costa de la vida social y salud de los ciudadanos chinos y ahora, más que nunca, de sus animales. 

Cuando en Occidente imperaba al fin la lógica que obliga a dejar de experimentar con animales en la industria cosmética, debido a lo innecesario y cruel de dichas prácticas; ahora y sólo ahora, muchas de ellas vuelven a hacerlo si quieren comerciar en China. Esta es la cruel condición que pone el país asiático si se quiere vender en el mismo. Occidente se doblega y cede ante dicho chantaje, gustoso de ganar dinero a costa del sufrimiento de aquellos que no tiene voz ni voto. 

La tentación del dinero es tal que los hay que se venden al mercado chino y son los animales los que pagan el precio con su propia vida, una vida llena de terrible sufrimiento hasta su muerte. Este es el caso de empresas como L'Occitane, Yves Rocher, Mary Kay, Avon, Estée Lauder y Caudalie que hasta entonces se consideraban fervientes defensoras de los derechos de los animales. Ya no.

En contra del resto del mundo, la legislación de este país obliga a que todos los productos cosméticos se experimenten en animales. Sólo el año pasado, las ventas de cosméticos en China aumentaron un 18%, lo cual supone un atractivo para aquellos que no predican con el ejemplo, los que se venden por dinero y olvidan que la ética debe estar siempre por encima de cualquier concepto. Para estas marcas, lejos queda el compromiso para con los animales aunque, afortunadamente, otras se mantienen firmes a sus principios y prefieren no ceder al chantaje asiático.

Cientos de millones de animales son utilizados como experimentos de todo tipo. Ratones, conejos, truchas, monos, pájaros, perros, gatos, ratas, cerdos, hámsters, gerbos, vacas, ovejas, reptiles y así una larga infinidad a los que se les provoca enfermedades mortales, virus, alteraciones genéticas, se mata a madres embarazadas, se les provoca descargas eléctricas o privaciones de comida, se les quema vivos, intoxica con gases, humo, ácidos… Se les extirpan glándulas, amputa, se les provoca parálisis, radiaciones o somete a temperaturas extremas y situaciones estresantes… y todo pese a que las pruebas y su resultados sean siempre de dudosa fiabilidad.
 
Lo mismo que un estudio sobre mujeres no puede realizarse sobre hombres, resulta más ilógico si cabe que un estudio humano se realice sobre otra especie animal. Quienes lo defienden, haciendo oídos sordos a sus muchas alternativas, hablan del disfrutar de la vida aunque para ello otros tienen que morir terriblemente; pero incluso la experimentación animal se da en campos como la psicología o la cosmética.

Estudios de población permiten demostrar el mecanismo de transmisión del SIDA; los epidemiológicos descubren la relación entre fumar y cáncer; los realizados in Vitro de cultivo celular y de tejidos son perfectos para probar diversos productos y vacunas; y aquellos realizados sobre voluntarios humanos, sirven para estudiar enfermedades mentales. Ante tanta alternativa eficaz, resulta estúpido y sanguinario que sigan manteniéndose los anteriores.

La economía oriental florece y es gracias a Occidente. Se sabe que hacen productos de dudosa calidad e, incluso, seguridad; pero aún así se consumen en grandes cantidades. Pequeños negocios de otra nacionalidad, se ven obligados a cerrar ante la imposibilidad de competir con los horarios de las famosas tiendas chinas de todo a un euro; pero el españolito prefiere comprar mucho, barato y de mala calidad, olvidándose que tras muchos de esos productos hay un vacío de derecho animalista y humano, a los que son sometidos sus trabajadores. Por si fuera poco, multinacionales españolas como el grupo Inditex, han trasladado desde hace años la producción de sus tiendas al gigante amarillo donde fabrican a bajo coste. Quien ve en China su negocio, sea lo que sea que fabrique, no merece el respeto de aquellos con sentido de la ética.

No cuesta nada dedicar tiempo a leer las etiquetas y su “made in…”. Resulta de urgente necesidad aprender a consumir menos, pero mejor; y, sobre todo, apoyar a las empresas que mantienen su compromiso de no experimentación animal. Las pequeñas elecciones de cada día, son la gran diferencia para la vida de los animales. No olvides que la presión de los consumidores, de los ciudadanos, es lo que marca la diferencia.

Rosi Legido.
votar

No hay comentarios:

Publicar un comentario