Fácil, con una Reforma Laboral como la que acaba de salir a la luz de la mano de nuestro recién instalado nuevo pero rancio gobierno.
A esta Reforma, con total desfachatez se opone el PSOE que fue quién dio el pistoletazo de salida hace escasos meses y sin ningún tipo de remordimientos, a esta degeneración laboral cuando aprobó la suya.
Quizás la postura que me creo un poco más (aparte de la de algún partido político al que sí he votado) es la de los sindicatos mayoritarios, por el simple hecho de que con este nuevo ataque del PP a la ciudadanía su representación va a quedar muy en entredicho, ya que los convenios colectivos pasarán a la historia, al igual que la negociación colectiva. Quizás sea la primera vez en mucho tiempo que les presto atención.
Hoy ha entrado en vigor el Real Decreto-Ley que recoge cambios de muchísimo calado en las relaciones laborales entre los trabajadores y las empresas, que se ha dicho que “están escritos con la pluma de la CEOE”. ¿En serio?. O bien son muy tontos tanto unos como otros (gobierno y patronal) o quizás esta Reforma responda a otro tipo de intereses. Me inclino sin duda por las dos opciones.
Si analizamos las nuevas medidas no es que estén solo recortando los derechos del trabajador, sino que están condenando a muchas empresas (medianas y pequeñas, sobre todo) a la quiebra; y a las grandes probablemente a perder beneficios (aunque realmente no lo notarán demasiado, teniendo en cuenta los enormes beneficios fiscales con los que cuentan y la mano ancha con las que se les deja cambiar sus convenios y políticas internas).
Esta es una Reforma que nos toca a todos. Al trabajador porque es un atentado brutal a sus derechos y porque su inseguridad laboral aumentará de forma exponencial. El consumo bajará a mínimos, teniendo en cuenta que los sueldos serán menores y que la temporalidad no anima a gastar ni a meternos en pagos a los que en cuestión de meses podríamos no ser capaces de hacer frente. Y esto repercute en el siguiente eslabón: las empresas. Si no venden porque nadie compra, cierran. Más gente a la calle, más paro, que mientras unos empiezan a cobrar, otros ya han agotado. ¿Hacia dónde pretendemos que vaya así un país?.
Decían que no se abarataría el despido, pero sí ha sido así. No solo baja la indemnización por despido en cuantía, sino que la regla general para poner a los trabajadores en la calle parece que serán los EREs, que ya ni siquiera necesitan el visto bueno de la autoridad laboral. Dicen que con tres trimestres de pérdidas consecutivos una empresa puede acogerse ya a esta modalidad de despido. Que nos expliquen, en plena crisis, cuántas empresas pueden decir que no cumplen este requisito. Y lo fácil que es también manipular la contabilidad.
Que se fomenta el contrato indefinido subvencionando contratos. ¿Empleo indefinido? ¿Cómo hablan de empleo indefinido cuando pueden echar a un trabajador ahora con tanta facilidad? ¿Por qué no hablamos mejor de contrato temporal vestido de indefinido?
Hay un apartado dedicado a los parados que cobran prestación a los que ahora se obligará a prestar servicios a la comunidad. Ya que están cobrando del Estado, parece que para nuestro despótico gobierno es una medida justa. Y pienso yo: ya que hace falta gente para cubrir determinados servicios, ¿porqué no se les contrata directamente? ¿o es que este gobierno cree que la gente está en casa sin trabajar porque le da la gana?. Probablemente esta fuese una forma de atajar dos problemas: uno, disminuiría el paro; otro, habría más gente cotizando a la seguridad social, que siempre nos quejamos de que es un sistema insostenible y creo que realmente empieza a serlo.
Pero no, estos puestos se cubrían con voluntarios y ahora con desempleados “porque en los ayuntamientos no hay dinero”. Sin embargo, algunos políticos siguen utilizando coches oficiales, cobrando dietas y gastándose 300 euros en un desayuno en el Ritz.
Hablan de seis millones de parados a finales de este año. Calculo más.
Pero nosotros le hemos dado la victoria por mayoría absoluta a un gobierno absolutista, en el sentido más antiguo y moderno de la palabra. Porque parece que su poder viene de Dios (de ahí que en los presupuestos del Estado se dedique tanto dinero a cuidar “su casa”, como agradecimiento), y porque pueden hacer lo que les venga en gana gracias a esa enorme confianza que depositamos en las urnas el pasado 20 de noviembre.
No sé si habrá alguien sorprendido por todas las atrocidades que están llevando a cabo desde que se erigieron en el poder, pero yo le diría que cerrase la boca, que le van a entrar moscas por millones. Y esto acaba de empezar, queda mucho por ver todavía.
Queda ver, por ejemplo, cómo esta Reforma se aprueba como Proyecto de Ley. Es decir, que no parece que tengan intención de que sea algo que haya salido “no para quedarse”. Aprovechando la coyuntura que da la crisis, tienen toda la intención de cargarse los derechos de los trabajadores para siempre. Que así de paso quedan bien como lacayos de Europa.
Este país se hunde. Las nuevas generaciones se nos van y continuarán haciéndolo. ¿Alguien se lo puede echar en cara? Yo desde luego que no. Mientras fuera pueden encontrar un empleo de calidad y bien remunerado acorde a su formación, aquí se les habla de contratos de prácticas de dos años. Y luego, probablemente, a la calle. Quedará muy poca gente que pueda contribuir a levantar todo esto. La población envejece y así seguirá siendo, porque los que se van probablemente si tienen familia lo harán fuera, donde gozarán de mayor seguridad para poder mantenerla.
Raquel Ruiz.
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