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jueves, 20 de enero de 2011

No te pares

Hoy en día quedarte sin trabajo no es nada nuevo. Las empresas venden menos, pierden beneficios, no pueden afrontar pagos, y terminan cerrando. A veces, antes de llegar al último paso, y sin estudiar otras opciones, reducen plantilla en un intento de disminuir costes de producción, lo cual ahora es mucho más fácil y está mejor visto tras la aprobación de la polémica Reforma Laboral, que cerró el pasado año con una tasa de paro del 21% y un 96% de temporalidad.

Las consecuencias del despido sistemático saltan a la vista: peores condiciones laborales para “los que se quedan” o son “nuevos contratos” después de la pérdida de valor de los convenios colectivos, disminución de sueldos, aumento de horas de trabajo, pérdida de compromiso trabajadores-empresa; todo lo cual termina por reflejarse en una peor calidad de los productos y pérdida de competitividad. Parece, por tanto, que la solución tampoco pasa por el despido sistemático. Sobre todo teniendo en cuenta que si la población pierde poder adquisitivo estando en situación de desempleo, esto tampoco va a ayudar a las empresas a darle salida a sus productos. No se va a incentivar la economía, como nos prometían.

Existe la creencia, peligrosamente enraizada, de que una persona con éxito (entre otras cosas) es la que ha sabido alcanzar un puesto de importancia en alguna empresa, o la que conseguido que su propio negocio le aporte grandes beneficios. En definitiva, la que tiene mucho dinero. Pero esto no es lo que hace grande a una persona, simplemente la hace más rica.

“Gracias” a los tabúes que nos impone la sociedad, y que es totalmente necesario erradicar, muchas personas que se quedan en paro se deprimen, se angustian y creen que valen “menos” que la gente que sigue trabajando. Incluso algunos sienten vergüenza por estar desempleados y lo esconden. Así que lo más importante es no entrar en un círculo vicioso de desesperación. Lo único que se consigue de este modo es vernos cada vez más hundidos, más infravalorados por nosotros mismos y sin posibilidades de salir a flote. 

Lo primero que tenemos que hacer es aceptar nuestra nueva situación y hablar sobre ello con los demás. No de una forma negativa, sino de una forma que refleje que estamos en el punto de partida hacia un cambio, dispuestos a todo. Es crucial entender una cosa: el desempleo es una nueva oportunidad. De repente tienes todas las puertas abiertas y puedes elegir una o varias para seguir adelante, y sobre todo, tienes la envidiable ocasión de hacer lo que te gusta si antes no era así. 

Para mantener tu energía y tu actividad es indispensable que te marques un horario similar al que tenías cuando trabajabas. Dedica tiempo a pensar qué es lo que quieres hacer y cuando lo sepas, actúa:

- Si decides seguir trabajando en tu campo, mantenente actualizado, haz cursos gratuitos o págatelos tú (si te has ido con una indemnización y puedes permitirte gastarte algo de dinero en esto, hazlo). Intenta especializarte en algún campo, busca información sobre los perfiles que más se requieren en tu profesión y conviértete en uno.
Sigue relacionándote con gente de tu sector, quizás algún día pueda surgirte una oportunidad de empleo o puedan asesorarte sobre alguna cuestión concreta, informándote de cómo ven ellos las cosas “desde dentro”.

- Si por el contrario prefieres cambiar de sector, entérate de cuáles son los que están en auge. Y una vez que te decidas por uno debes formarte en él lo mejor que puedas, como en el caso anterior.

No olvides también estudiar algún idioma, el inglés es esencial, y si puedes algún otro, mucho mejor. 

Tienes tiempo y tu prestación, pero sácales partido. Como ves, vuelves a tener trabajo, quizás más que antes. 

- Puede que volver a trabajar para una empresa no entre en tus planes. Que prefieras embarcarte en la aventura de crear tu propio negocio o de ser autónomo
Tienes que ser consciente de que tu empresa va a ser tu medio de vida, así que vas a tener que dedicarle todo tu tiempo (sobre todo al principio) y por supuesto, toda tu energía e ilusión. Ser emprendedor siempre es arriesgado, pero ten en cuenta que para cada problema que surja siempre habrá una solución.

Como este tema es muy extenso, seguiremos hablando de algunos de sus puntos en otras entradas.

Y para finalizar, os dejamos algunos enlaces donde podéis encontrar información de interés sobre cursos, ofertas de trabajo (visitadlas, estas mismas webs linkean a otras de empleo), foros de opinión, prácticas en empresas, ahorro, salud y muchos temas más.


Raquel Ruiz.
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