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domingo, 16 de enero de 2011

¿El final de la crisis?


Hace quince años mi amiga Asunción Calero me llamó por teléfono y me dijo. “Carmen me he venido a vivir a un pueblecito de la sierra. Me he cansado de Madrid. Voy a criar gallinas. Voy a ver si puedo comprar una vaca. Quiero mantenerme como lo hicieron mis abuelos, con el mismo ritmo. Sin estar corriendo de aquí para allá. Voy a sembrar coles, tomates, pimientos, patatas… lo necesario para tener lo más elemental.  Quiero tener gallinas como las de toda la vida.  Pero aquí no encuentro más que ponedoras. ¿Me podrías conseguir alguna gallina de las antiguas, de las que admiten gallo?” Ahí me enteré yo de que las gallinas antiguas, “las que admiten gallo”, “las que picotean del suelo” eran algo exótico y difícil de encontrar. 

Me enteré cuando quise conseguirle a Asun unas pocas gallinas en mi pueblo (una pequeña aldea santanderina) y me encontré con que mi tía Carmenchu criaba también gallinas ponedoras porque las antiguas “las que admiten gallo, las gallinas ponedoras", hace años que no existen.

Entonces comprendí que unas multinacionales de la alimentación habían decidido que si alguien quería criar pollitos no podría hacerlo por su cuenta, que debería comprarlos.  Comprendí que lo que hicieron mis abuelos (guardar algo de semilla de un año para otro, para volver a sembrar) ya no era posible. Si quieres sembrar tendrás que comprar cada año las semillas. 

El campesino depende de las multinacionales para criar animales, vegetales o cereales. Los cultivos son programados para una sola cosecha.

Los campesinos dependen, al igual que todos los demás, de las multinacionales. Las multinacionales son las que dictan si va a haber o no crisis;  si vamos a consumir más o menos; si vamos a poder comprarnos o no un piso; si vamos a poder llegar a fin de mes o no con el dinero con que contamos.

Por eso el final de la crisis está tan cercana como lo decidan las multinacionales. En este mundo globalizado la independencia es una utopía y el ciudadano de a pie no puede hacer nada, tampoco el opinar sirve para nada. 

Zapatero, con un optimismo que le honraba, siguía  luchando en el 2008 por negar la crisis. Quizás no se había enterado que él tampoco puede luchar contra las multinacionales. 
Los modelos económicos (capitalismo versus comunismo) evidentemente no funcionan.  ¿Por qué? Porque un Estado intervencionista al cien por cien no ha funcionado, pero el capitalismo brutal con su insolidaridad y el reino del egoísmo individual también ha quebrado:  los grandes cada vez ganan más, los pobres cada vez son más pobres…

¿La crisis? Terminará cuando las multinacionales encuentren nuevos nichos de ganancias que les compensen para dar algunas migajas al trabajador de a pie.

En España llevamos años con contratos basura.  Los mayores de cuarenta y cinco no encuentran trabajo. Los jóvenes no encuentran trabajo fijo… ¿Qué estamos viviendo? Creo que, tristemente, estamos viviendo un nuevo tipo de esclavitud.  El trabajador tiene que ser competitivo… para que lo que produce sea competitivo… para que el precio sea competitivo… para que vuelva la confianza… para que termine la crisis.

¿Cuándo terminará la crisis? Antes habríamos dicho “Pronto, si Dios quiere” Ahora debemos decir “Pronto, si las multinacionales nos dejan”.

Mcarmen Pico Manville
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1 comentario:

  1. Qué información más bien contada! no sabía que ya no existían esas gallinas. Es increíble! Influimos de una manera en la naturaleza... y parece que nunca para bien.

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